El coraje como acción ética (I)

El coraje suele ser una emoción que desborda en violencia. Estoy a favor de la violencia cuando el agresor no entiende razones. El coraje en este sentido estaría rehabilitando un horizonte ético en donde la violencia se justifique cuando el agresor no está en sintonía de hacer caso a las demandas del agredido.

Sin más, ¿qué puede hacerse frente a un Estado agresor que desoye y voltea el rostro a las demandas diarias de la ciudadanía? 

Lo que se está formando en México actualmente es fruto del coraje que nace por la ineptitud de la casta política. Este año 2017 que apenas inicia ha sido el peor para la casta. Ésta sigue manteniendo un perfil olímpico y sigue creyendo que está en el cielo, donde nadie la puede tocar. Es el Olimpo que está desmoronándose poco a poco y que sus mismos habitantes se niegan a aceptarlo.

Me agrada ver que el coraje está desbordando en una violencia simbólica y no física. Las redes sociales, la libertad de conciencia, los análisis independientes y la diversidad de grupos conscientes de lo que está sucediendo en el país, han puesto el dedo en la llaga del Estado. La mejor arma para derribar a un gobierno y a la casta política en el poder es la violencia simbólica, la cual tiene muchos rostros.

Confío en que el coraje, que ya no está oculto, logre hazañas de violencia simbólica y pueda cambiar las cosas en México. Lo cual es una acción ética digna y necesaria para darle la vuelta a las cosas. Así sea.
M
 

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